Semana nº1 - Corazón de cebolla

Con poco ánimo, me dirijo a la cocina. Son las 9 de la noche y no tengo nada preparado... puff. Por ósmosis, agarro una cebolla y empiezo a pelarla. Con cada capa que le arranco, voy develando algo nuevo. Me asombra su color dorado, sus líneas paralelas y el brillo de cada cáscara, con forma de cuenco, que va cayendo sobre la tabla. De pronto, me doy cuenta de que ese malestar con el que llegué a la mesada se esfumó; ya no está.

Ahora, con la cebolla completamente pelada, me dispongo de otra manera a preparar la cena. Cierro la puerta y pongo un podcast en el celular. En cuestión de segundos, esta tarea que me parecía un castigo injusto se convirtió en mi momento.

Corto la mitad de la cebolla y ya siento el escozor en la nariz. Giro la cebolla para que las líneas de su superficie nacarada queden alineadas al filo del cuchillo. Comienzo a lagrimear y, a pesar de la visión nublada, intento seguir las líneas y cortar tajadas regulares.

Sin previo aviso, vino a mi cabeza una voz que me decía… ¡Mira! ¿La ves? ¿Realmente la ves? ¡Así tienes que hacer vos! Sacarte esas capas, fuertes, relucientes, protectoras, y animarte a mostrarte tal como sos. Que da miedo quedar expuesta, definitivamente, pero es el único camino hacia lo auténtico: quedar así, vulnerable, a corazón abierto.


“Tengo la teoria de que cuando uno llora, nunca llora por lo que llora, sino por todas las cosas por las que no lloro en su debido momento.”

- mario benedetti

Vuelvo en mí, me seco las lágrimas con el revés de la mano y un vértigo en el estómago, como el de una caída libre, me invade el cuerpo. Es extraño; no es el miedo paralizante, es un miedo con ilusión (como un cuando probás algo agridulce). Hacía años que no me pasaba.

P.D: A veces cuando estoy flojita y con necesidad de llorar, cocino especialmente con cebolla, es como si me dijera - “si queres llorar, llora!”, (como decía una actriz argentina) y así me permito derramar esas lagrimas que, de otro modo, las tendría atragantadas. Me permito llorar sin esconderme y sin levantar sospecha.

Hablando de llanto, aqui algo para acompañar esas lágrimas, la inigualable Chavela Vargas:

Tanto hablar de cebolla me trajo a la memoria la escena de la película Julie & Julia, cuando Julia se encarama a picar cebolla como loca para poder pertenecer y estar a la altura de sus compañeros chefs. Si no la han visto, se las recomiendo. Aquí les dejo el pedacito de la peli que les comentaba:

Y por aquí fotos de lo que se fue desplegando en mi mesa junto con las cáscaras de cebolla, otras de ajo y unas espigas de trigo secas que tenía dando vuelta por ahí.

Estoy buscando una receta de sopa de cebolla para probar. Vi una versión servida dentro de un pan…tiene una pinta!!! Cuando la pruebe y vea que tal, la comparto por aquí.

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