Reflexiones desde la cocina

Inauguro oficialmente un nuevo proyecto-reto: #reflexionesdesdelacocina y, en su defecto, este blog, donde compartiré fotos y reflexiones que me invaden en los momentos que paso en la cocina, junto a ingredientes y vestigios de la naturaleza que llegan a mi mesada.

El otro día, mientras preparaba la avena en formato pudding para el desayuno de mis hijos, me preguntaba cuáles serían aquellos sabores y aromas que quedarán en su memoria. ¿Cuáles relacionarán conmigo? Definitivamente, la nariz y el paladar tienen esa cualidad mágica de evocarnos esos momentos tan queridos que quedan grabados a fuego en nuestro corazón. No se trata solo de revivir el pasado, sino de sentirnos apapachados una vez más.

LA COCINA, un lugar inexplorado para mí en mis inicios como mamá, se limitaba a expediciones express; buscaba salir lo antes posible sin ser engullida. Me generaba un ataque de alergia tener que pensar: ¿QUÉ cocinar? Definitivamente, lo sentía como un tiempo desperdiciado, un verdadero castigo.

Hoy, este espacio se ha convertido en mi lugar de desconexión, en un respiro, en un momento a solas con mis pensamientos y, al mismo tiempo, en mi laboratorio de creación de otra forma de mimar y dar cariño. Busco ingredientes y recetas que los cuiden, que los nutran, y al mismo tiempo trato de darles lo que les gusta, según sus preferencias. No es tarea fácil, porque dependiendo del menú, hay algunos con caras largas y otros con sonrisas exageradas cuando se dan cuenta de que estoy preparando su plato favorito.

Toda esta introducción viene a cuenta para contar que paso más tiempo entre cucharas y ollas, por lo que mi atención fotográfica también se vio afectada. Por ende, las próximas publicaciones estarán centradas en mis descubrimientos en la tabla de picar, en el caldo de un guiso o en los "desperdicios" de la preparación del momento.

Espero incorporar más sabores memorables (en el buen sentido) para mi prole con nuevas recetas. Si tenés alguna que despierte el buen humor o quite la modorra, no dudes en compartirla. Será bienvenida, con los ojos cerrados y las cucharas listas para probarla.

P.D.1: ¿Cuáles serán los aromas y sabores que se quedarán en la memoria de mi niño de julio? ¿Será el de los crepes con dulce de leche? Y mi niño de mayo, ¿será la pizza de cebolla? Habrá que esperar, el tiempo lo dirá...

P.D.2: ¿Cuáles son los tuyos? A mi el olor de la canela me hace sentir en casa y me lleva a la casa de mi abuela.

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